Cuentan que para ser policía hay que sentirlo, que no es una profesión cualquiera, que debes querer dar tu vida por las personas si fuese necesario. Es algo con los que los agentes de la autoridad deben vivir, pero no les importa, saben que están hechos de otra pasta. Hace 35 años, 19 mujeres decidieron dar un paso al frente y romper las barreras que existía en una sociedad que, por aquel entonces, tenía concebido este trabajo como coto exclusivo de los hombres. En la promoción XII entraron 106 agentes de la autoridad.
Fue en plena Feria de Abril, el 25 de ese mismo mes de 1981, cuando tomaron posesión estas mujeres, las primeras de toda Sevilla. Ya se habían roto barreras en otras provincias españolas como Madrid y Córdoba. En los primeros servicios que realizaron los 106 agentes portaban un brazalete blanco. Con esta insignia, y acompañados por un veterano, se distinguían hasta que recibieron su primer uniforme. Las mujeres lo recibieron cuatro días después de tomar posesión y para los hombres tardó algo más. Una indumentaria, la de ellas, que limitaba su trabajo diario, pues con falda y tacones difícilmente podían moverse. Esta situación mejoró con el paso del tiempo.
A lo largo de los 35 años de profesión, estas agentes suman mil y una anécdotas. Así lo cuenta la ahora subinspectora de la Policía Local, Luisa Franco Gutiérrez (1960), un ejemplo en toda regla de lo que es esta profesión. «Costó mucho tiempo para que la sociedad se acostumbrara, pero el proceso de adaptación fue efímero gracias a los compañeros», relata, sentada en su despacho, Franco.
La subinspectora afirma que la situación inicial con los ciudadanos fue de adaptación, pues en algunos casos el respeto quedó en entredicho. Eso sí, dentro del cuerpo «siempre nos respetaron». Es más, Luisa se abrió camino como cualquier otro compañero. Fue la primera mujer que entró en el Grupo de Motoristas. Llegar hasta ese departamento conocido como los Caballeros Motoristas no fue fácil, pero sus cualidades sobre las dos ruedas dejaron constancia de su preparación. «Recuerdo que íbamos vestidos con una chupa de cuero que ojalá llevásemos ahora» (ríe mientras rememora cada una de sus hazañas).
Las 19 agentes fueron desde el principio emprendedoras, como destacan sus compañeros. «Siempre tuvieron una gran iniciativa y espíritu de mejora. Hay decir que todas ellas han pasado por diferentes grupos del cuerpo y siempre han demostrado grandes cualidades».
Todas rompieron barreras en una profesión en la que la mayoría de agentes son varones. A pesar de este hándicap profesional, han demostrado que la persistencia tiene su recompensa. Actualmente el cuerpo de agentes de la Policía Local de Sevilla cuenta con 76 mujeres, un número que esperan siga aumentando con el paso de los años y que la mujer ocupe siempre el puesto que se merece.